jueves, 11 de diciembre de 2008

La aventura de ser maestro




En el pasado curso de inducción a los alumnos de nuevo ingreso, uno de los chicos mencionó: “Si no encuentro trabajo, me ‘meto’ de maestro”. Esta frase me hizo reflexionar en el tema que nos han propuesto para esta semana, ya que en otros momentos o bajo diferentes circunstancias mi reacción hubiera sido diferente, o tal vez habría hecho que no escuché y lo guardaría para mí. Esta vez lo sentí como una oportunidad para ahondar mas sobre el tema, no deseé ver la apatía o desprecio que se mezclaban a ese comentario, por el contrario, vi una inquietud, estructuré una respuesta a la pregunta subyacente, y es que el paso del tiempo en la profesión y las satisfacciones encontradas, o ese descubrimiento de la libertad y de la pasión por enseñar que menciona Esteve en su artículo, me dieron las herramientas para responder. Indagué más en su persona y reflexionamos en el hecho de distintas posibilidades para su futuro y encontramos, que en cualquier actividad, para que sea satisfactoria, no debe perderse nunca el desafío por el saber, la renovación constante y encontrar el gusto por lo que se hace.
Ser maestro debe ser siempre una aventura, definitivamente es importante divertirse en clase, que la disciplina no se logre con autoritarismo, sino con empatía y siendo un buen comunicador. Es básico tener bien identificado nuestro rol y saber adaptar los contenidos para que sean atractivos y con significado para cada uno de los alumnos.
Las cosas que producen en mi insatisfacción, son pocas y todas son extra clase, así que puedo, y debo, mantenerlas ajenas a la experiencia propia del contacto con mis alumnos. No existe mayor satisfacción que los ojos de asombro de aquel que ha descubierto algo nuevo o el resplandor en el rostro de quien ha aprendido a ejecutar a perfección una tarea. Definitivamente, ser maestro es una aventura de todos los días.


Mi confrontación con la docencia

MI CONFRONTACIÓN CON LA DOCENCIA

Fui formado en escuelas particulares con estricta disciplina y con altos estándares de calidad, al menos eso se pretendía. La gran carga de material por aprender, las exigencias de entrega y presentación de nuestros trabajos, generó en mí un perfil de alumno que se vio fuertemente sacudida en mi transición al bachillerato, ingresé al CBTIS, todo era nuevo, diferente y debo confesar, liberador. No tenía la presión de la directora sobre mí, no había quien hablara a mis padres para informar de mi conducta, los compañeros eran de un nivel socioeconómico menor y eso me enseñó a valorarlos y a valorar lo que yo tenía, fue la mejor experiencia como alumno y, quizás, quise iniciar con esta remembranza, porque mucho de lo que hoy soy como maestro lo debo a los modelos que obtuve en mi paso por la preparatoria.

Intento ser un buen maestro. Pretendo dar una clase de buen nivel, de altas exigencias. Mis materias son difíciles a criterio de mis propios alumnos, los exámenes le quitan el sueño a algunos y creo ser justo en mis calificaciones, nunca he sido juzgado por ser parcial, aun cuando muchos de mis alumnos forman parte del equipo de fútbol americano que entreno, eso no les da ninguna concesión. Nunca he tenido problemas para el control disciplinario, incluso desde mis primeros años (tenía 21) y creo que, de forma natural, se me da esa capacidad de control, sin rayar en el autoritarismo. Mis alumnos me han ofrecido siempre un respeto que agradezco, pero siento también que me han favorecido con un buen trato, intento mantener relaciones cordiales con todos y una cualidad, que se ha “oxidado” un poco a últimas fechas es la paciencia. Trato de explicar hasta que no haya dudas, pero todos sabemos lo subjetivo que es eso. Muchos me han dicho que tengo facilidad para explicar y creo que eso es un don y no lo digo vanidosamente, por el contrario, esa facilidad es espontánea y funciona tan bien, que creo, que es aquí donde empiezo a descubrir mis fallas como docente. Me siento tan cómodo, que he convertido a la improvisación como parte de mis características. No soy organizado en lo más mínimo. Sí preparo mi clase, pero soy rebelde a seguir un guión, así que “invento” según las circunstancias que el grupo me plantea y, aún cuando eso me ofrece un constante dinamismo y mantiene al grupo alerta, no soy capaz de establecer procedimientos. He tenido el sueño, por mas de 10 años, de contar con el manual de prácticas para Lenguaje de Programación, pero cada año, con cada grupo, cambio tanto según las circunstancias, que no soy capaz de concluir ese proyecto. El andamio me permitió retratarme como una extraña mezcla de mis maestros de enseñanza básica: Estricto y capaz. Pero con una actitud de mis profesores de bachillerato: Abierto y “buena onda”. Al final, creo que uno a veces es incapaz de ver sus propios defectos, en mi deben ser muchos, pero resalto mi desorganización y mi dureza, pues aún cuando es bien intencionada, no sé a cuantos he afectado con esa actitud exigente y firme.

Los saberes de mis estudiantes



EAPLHI_ “Los saberes de mis estudiantes”
Ante una herramienta tan basta y tan impresionante como Internet, los jóvenes, siguen siendo jóvenes. Esta línea pone de manifiesto la realidad que vivimos en las aulas todos los días. A pesar de tener ante ellos un mundo de posibilidades, el adolescente común, se circunscribe a asuntos que tienen significado desde su búsqueda de identidad y con una mentalidad utilitaria.
· ¿Qué hacen o que saben hacer mis alumnos en la red?
La usan principalmente en su aplicación social, pasando horas en el Messenger o firmando “metroflogs”. Realmente les apasiona, y yo diría les crea adicción, la posibilidad de interactuar con sus iguales desde la “seguridad” del anonimato o el pertrecho que significa la PC. En este mismo concepto, crean cuentas de correo con tanta facilidad que, a veces, han hecho tantos que olvidan sus contraseñas y crean otro. Desde el concepto de “reservorio” la mayoría de ellos acceden a páginas como YouTube o buscadores como Google, para, por un lado, encontrar videos que expliquen con facilidad algún tema de su interés o alguno otro solicitado por sus maestros, y por otro, usar buscadores que les son excelentes puentes para encontrar con facilidad información escrita que requieren para cumplir con alguna asignación o tarea; en este sentido, también, acceden a imágenes y/o fotografías que acompañan a sus presentaciones. Por último, menciono que se han convertido en expertos en “bajar” y compartir música y videos desde distintos portales de internet.
· ¿Qué estrategias utilizar para aprovechar sus saberes en la actividad del aula?
No podemos dejar de reconocer que aunque la mayoría de ellos domina estos saberes, existen otros, que no lo han hecho nunca o que solo aprovechan una mínima parte de estas herramientas, por lo que se establecen estrategias para ayudarles, como la siguiente. Nombrando como capitán de equipo a los alumnos con mayor facilidad en el uso de internet, se separan en grupos no mayores a cuatro integrantes y se les comisiona para lo siguiente:
1. Investigar en internet un asunto en particular (en mi caso: ¿Cómo anexar video a una presentación flash?)
2. Después crear un producto específico (una animación con video).
3. Enviarla a mi correo.
4. Actividad extra: Generar un foro, pedir la creación de un blog por equipo, o conectarse al Messenger a una hora determinada para comentar sobre la actividad.

· ¿Quiénes enseñarán a quienes? ¿Cómo y cuando lo harán?

Se les ofrecerán 2 sesiones completas en trabajo por equipo. Los capitanes serán responsables por la capacitación de sus compañeros y el maestro estará presente para dudas e inquietudes.